- Cuando nos dirigimos a ella confiando en que nos orientará
- Al pensar en la persona más próxima como un ser amado por Dios
- Si sentimos preocupación, duda o angustia en un trance de nuestro caminar
- Percibiendo una tibia esperanza de que un problema se puede solucionar
- Rezando con devoción en el silencio de la intimidad o también en una visita ante su imagen....
En todos esos momentos de la vida, con certeza podemos afirmar que estamos
AMPARADOS POR MARÍA
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